martes, 20 de julio de 2010

EL PODER DE LA MENTE

He comprobado por experiencia propia el poder que tiene la mente humana. Como uno crea su presente, su forma de vivir, sus sentimentos frente a cada situación.

Quienes me conocen saben que, una vez más, la vida me golpeó duro en estos últimos meses. La pérdida de seres queridos – algunos padeciendo terribles enfermedades que hicieron más difícil el transcurso del tiempo -, la pérdida de tres bebés (casos independientes el uno del otro) cuya estadía en este mundo fue más que breve, y mis propios problemas de salud hicieron que el 2010 comenzara como un año duro, muy duro, pero a la vez lleno de aprendizaje… Por lo menos así decidí vivirlo yo.

Siempre tuve la teoría de que uno puede decidir cómo ver el vaso: medio lleno o medio vacío. El 2010 me permitió llevarlo a la práctica como pocas veces pude hacerlo.

Tuve la oportunidad de elegir lamentarme todo el tiempo de lo que sucedía a mi alrededor pero, en cambio, decidí ver las cosas positivas detrás de cada tragedia que me rodeaba. Y saben qué? SI SE PUEDE!!

Obviamente el dolor es inevitable. Cuando se ve cómo un ser querido sufre, cómo tres madres perdieron a sus hijos sin encontrar explicación alguna, cuando la vida de tus familiares se trastoca para girar en torno a una enfermedad terminal… cómo no sentir un inmenso dolor? Imposible!
Pero ese gran dolor se puede canalizar, se puede transformar.

En mi caso, resolví volcar toda esa energía, que el dolor intentaba absorber, en ayudar a los demás, en tenderle una mano a quienes más lo necesitaban.
No voy a entrar en detalles de la obra social que realizo, ni quiénes fueron mis cómplices. Lo importante fue mi decisión. Cambié muerte por vida.

Lamentablemente la muerte me rodeaba y yo quería dejar un claro mensaje: la respeto y la tomo como un aprendizaje más en mi vida, pero nada más. Ella no sería la protagonista.
Así que me volqué a su opuesto: a la vida. Y qué mejor que los niños para representarla! Mis energías se destinaron sobretodo a los recién nacidos. Estos niños que necesitan tanto, que tienen tan poco materialmente pero que vinieron al mundo a enseñarnos tanto.

Y los meses pasaron… y mis seres queridos no están… y tampoco está la que yo era antes. Hoy puedo decir que soy una persona que aprendió muchas lecciones, alguien un poquito más evolucionada de lo que era antes, alguien con tantas ganas de vivir como las que tienen esos niños que recién llegan a este mundo.

Que hubieron momentos muy dolorosos? Sí, y aún duelen. Pero prefiero quedarme con todo lo que aprendí, con todo lo que sentí y, sobretodo, con todo el amor que pude dar y recibir.






“Cuando consigas superar graves problemas de relación, no te detengas en el recuerdo de los momentos difíciles sino en la alegría de haber atravesado una prueba más en tu vida. Cuando acabes un largo tratamiento de salud, no pienses en el sufrimiento que fue necesario afrontar sino en la bendición de Dios que permitió tu cura.
Conserva en tu memoria durante el resto de tus días las cosas buenas que surgieron de las dificultades. Ellas serán una prueba más de tu capacidad, y te infundirán confianza ante cualquier obstáculo.”
Manual del Guerrero de la Luz (Paulo Coelho)




“Estar feliz no significa que todo es perfecto. Significa que decidiste mirar más allá de toda imperfección”

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