Una vez, en medio de una charla de sobremesa acerca de la reciente declaración de alguien muy famoso que había gritado al mundo su homosexualidad, alguien “sumamente espiritual” dijo que en su opinión quienes eran homosexuales eran almas en conflicto, almas que no deberían tener una gran evolución ya que no seguían el proceso “natural” de la vida.
Su idea era, si no entendí mal, que para un alma evolucionada es obvio que el camino es ser heterosexual y tener hijos de la forma tradicional. Quien no lo hace de esta forma es un alma confundida y necesitaría un proceso evolutivo mayor al resto.
Debo reconocer que en el momento no pude argumentar nada, simplemente manifesté que no estaba de acuerdo con esa opinión pero mi mente buscaba argumentos y en ese instante, tal vez porque no me esperaba semejante razonamiento y muy seguramente porque nunca me lo había planteado desde esa perspectiva, no encontré ninguno y me quedé callada.
Pero con el correr del tiempo seguí investigando internamente sobre el tema.
Es que la homosexualidad nunca fue un tema de análisis para mí. Sinceramente creo que en esta vida hay que ser feliz y si la felicidad de pareja es entre hombres, entre mujeres o entre un hombre y una mujer sinceramente no me preocupa. Así que nunca me tomé el tiempo para pensar en ello.
Pero esta teoría de las almas evolucionadas, o no, me quedó dando vueltas en la cabeza.
Comencé mi análisis partiendo de la base de que no creo que alguien esté más o menos evolucionado que otro como una forma de ser “mejor” o “peor” que otro. Creo que cada uno elige un camino diferente para llegar a un mismo lugar. Tal vez el camino de unos es más largo que el de otros, pero no creo que sea ni mejor ni peor, ni más ni menos, es simplemente diferente.
Pero si igualmente nos basáramos en esa idea de los diferentes niveles evolutivos para compararnos, entonces mi razonamiento sería a la inversa de lo planteado en aquella charla. Creo que tal vez las personas que son capaces de mostrarnos nuevos caminos que nos saquen de las creencias y “normas” que nos impuso la sociedad (el ser humano) son almas tan evolucionadas que, no sólo logran vivir su vida sin limitaciones sociales, sino que sirven como ejemplo para mostrarnos que se puede ser diferente y ser felices. Que no existe sólo una manera de hacer las cosas sino que hay muchos caminos para lograr un mismo fin.
Hoy en día los homosexuales pueden vivir juntos sin necesidad de esconderse, formar una familia y por suerte, en algunos países hasta pueden formalizar ante la sociedad civil esa relación mediante el matrimonio.
Gracias a la ciencia ya pueden concebir hijos y criarlos en un ambiente lleno de amor, al igual que cualquier pareja heterosexual… o incluso mejor que muchas de ellas!
Ojala cada día todos tengamos más libertad de ser quienes somos y dejemos de lado los prejuicios. Nadie debería sufrir por ser quien es!
A quien en esa charla planteó este tema: no será que a nuestra alma le falta evolucionar tanto como para aceptar sin prejuicios a quienes, simplemente, son diferentes a nosotros? Porque sinceramente creo que eso es parte de evolucionar: el respeto, el entendimiento y sobretodo la aceptación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario